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El jefe del Zoológico, Nelson Scappini, manifestó que las mejoras significan un cambio total en la vida de Maia a quien se puede ver más alegre, activa, tranquila, sociable y menos arisca que antes, comportamiento que era motivado por la pequeñez del espacio donde habitaba.
Sin embargo, gracias a la inversión de G. 400.000.000 obtenidos de la Fundación Maris Llorens la elefanta podrá disfrutar de un espacio de 1.800 m², acorde a las medidas internacionales de manejo de elefantes.
Scappini sostuvo que el cambio de hábitat hizo que Maia aumente de peso gracias a los aproximadamente 120 kilos de alimento que consume. Anteriormente se veía al animal más delgado pero el mejoramiento de su humor le aumentó el apetito.
La elefanta también disfruta de una pileta tres veces más grande que la que tenía anteriormente, una cascada que cae desde el techo, lo que le sirve como ducha, cubiertas para jugar y un charco de barro que también le resulta agradable.
Ante la imposibilidad de emparejarla por su avanzada edad (45 años), Scappini dijo que se están realizando las gestiones para traer a otras elefantas que le hagan compañía.
Tuvimos la oportunidad de conocer de cerca a Maia mientras consumía un tentempié consistente en pasto especial. Scappini llamó a Maia por su nombre y le mostró el alimento, lo que rápidamente hizo que el animal venga a su encuentro.
Posteriormente, asió la rama con su trompa, la introdujo en su boca y pidió más alimento. La sonrisa de Maia era evidente y, luego de su pícara solicitud, logró obtener otro bocado.