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El prefecto de la Congregación para el Clero arribó ayer a las 6:30 al aeropuerto Silvio Pettirossi, donde fue recibido por el nuncio Eliseo Antonio Ariotti, el párroco de Luque, Mons. Zacarías Martínez, y los obispos Edmundo Valenzuela, Francisco Javier Pistilli, Joaquín Robledo y Guillermo Steckling.
El purpurado dijo a ABC Color que vino al país para reunirse con los obispos, visitar seminarios y oficiar una misa con motivo del primer aniversario de la visita del papa Francisco al Paraguay.
Preguntado qué se debe hacer en los seminarios para que los nuevos sacerdotes no sean abusadores, indicó a los seminaristas: “hay que prepararlos, formarlos y seleccionarlos bien; abrirles los ojos ante una realidad dolorosa”.
Stella fue recibido con música paraguaya y un ballet, a cuyos integrantes agradeció posteriormente por el recibimiento. Adelantó que cuando esté frente a los seminaristas les exhortará a que se preparen para ser buenos sacerdotes, que se porten y se formen bien, porque hay tanto que hacer y hay pocos curas. “Se necesitan que crezca el número y se perfeccione la calidad”, indicó.
Anoche el cardenal Stella habilitó un museo en la parroquia La Encarnación, donde se guardarán los objetos que usó el papa Francisco durante su estadía en Paraguay los días 10, 11 y 12 de julio de 2015. Posteriormente, se tras- ladó a la Catedral Metropolitana, donde ofició una misa concelebrada con los obispos del Paraguay.
Hoy visitará el Seminario Mayor Nacional y el sábado estará en la diócesis de Ciudad del Este, donde contactará con los sacerdotes y seminaristas. A las 16:00 oficiará una misa en la catedral. El domingo, a las 7:00, oficiará la eucaristía principal en Caacupé, con la que se recordará el primer aniversario de la visita del papa Francisco al Paraguay.
En la Catedral
Una Iglesia en salida y en dinamismo es lo que quiere el Papa, recordó anoche el cardenal Beniamino Stella a los obispos, sacerdotes y laicos que participaron de la misa en la Catedral Metropolitana. Para poder realizar esta misión –apuntó– primero hay que convertirse y acoger al Señor. “No vivimos la fe por nuestra cuenta, sino que lo hacemos injertados en una comunidad de creyentes, formando parte de un pueblo santo, la Iglesia es quien nos envía a dar testimonio del Evangelio, con obras y palabras, pero sobre todo, con nuestra propia vida”, puntualizó.