Buscan un nuevo corazón para niña de ocho años

Una pequeña de ocho años de edad se encuentra en delicado estado de salud y está internada en el Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu” de San Lorenzo. Debido a una cardiopatía que la aqueja desde hace más de un año, la niña necesita que le implanten un nuevo corazón para continuar viviendo.

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La infante Jennifer León se encuentra internada en el Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu” de San Lorenzo debido a una dolencia cardiaca que le fue diagnosticada hace poco más de un año y seis meses.

Los médicos le detectaron una cardiopatía dilatada y desde ese momento la pequeña ha sufrido deterioro en su salud.

El pasado 10 de octubre tuvo un paro, por lo que se le realizó una revisión y a través de la cual se constató que la enfermedad pasó a ser restrictiva y su estado cada vez se torna más delicado, y necesita un corazón nuevo para seguir viviendo.

La doctora Nancy Garay, jefa de cardiología del Hospital Acosta Ñu, indicó que la niña sufrió un deterioro como suele pasar en este tipo de enfermedades que ella padece. Su caso pasó a ser catalogado como urgente, por lo que inmediatamente se la inscribió en el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).

“Le colocamos un cardiodesfibrilador dentro de su corazón, que genera choques eléctricos y a veces se dispara hasta 30 veces por día”. Esto debido a que sufre de una arritmia maligna.

“Hace una fibrilación ventricular y su propio cardiodesfibrilador le reaviva”, manifestó ayer la doctora Garay en conversación con radio ABC Cardinal.

La experta en esa clase de dolencia señaló que ya “es una situación incontrolable, porque cuando progresan estas enfermedades a veces la ciencia y la tecnología también tienen su límite. La posibilidad de salvarle la vida ahora depende de un trasplante”.

Falta de concienciación

Jennifer necesita un donante que pertenezca al grupo sanguíneo O o B y la profesional lamentó la falta de conciencia en cuanto a la donación de órganos.

“Falta un programa prolongado de formación ciudadana dirigida a los colegios y enfocada a los alumnos, para que los niños comenten con la familia. Todavía falta mucho por hacer en la sociedad, porque un pueblo sin educación es un pueblo mezquino y no sabe ser solidario”, señaló la doctora Garay.

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