Las familias que residían en la zona se dispersaron hacia distintos sectores e instalaron casas precarias alrededor del vertedero Cateura y en la falda del cerro.
Viviendas de todo tipo quedaron bajo agua en el barrio. Los propietarios de viviendas que buscan rescatar parte de sus enseres domésticos recurren a los pescadores que, previo pago, van hasta las casas y sacan lo que pueden.
Aparte de la inundación, el problema en la zona es el olor que despide el vertedero. Toneladas de basura ubicadas en la parte baja de Cateura ya están bajo agua y el olor que despiden las bolsas resulta desagradable para cualquiera.
La mayoría de los pobladores de la zona ribereña del barrio se dedica a la recolección, actividad que ya no pueden realizar en la parte baja del vertedero. Deben recurrir a la cima, donde el constante pasar de camiones de gran porte es un peligro permanente.
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El Consejo Municipal de Emergencias y Desastres de Asunción reportaba hasta ayer 14.022 familias afectadas.