Aves migratorias acampan en la Bahía

En medio del intenso movimiento de máquinas pesadas que construyen la segunda etapa de la Costanera norte de Asunción, van llegando aves migratorias que cada año acampan en la Bahía en su largo trayecto hacia el sur. Bandadas de garzas blancas ya se hospedan en el parque ecológico de la Fundación Milenio junto con los característicos mbigua.

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Definitivamente la Bahía de Asunción y su zona de influencia es un gran santuario de aves migratorias y especies autóctonas que no dejan amilanarse ante la presencia de máquinas pesadas y el avance de obras de la Costanera.

Solo de este modo se explica que bandadas de aves migratorias sigan llegando hasta el sitio para su habitual descanso en el camino hacia el sur. Se trata de garzas blancas de la especie Andrea alba, según los registros de la Fundación Milenio, protectora del parque Ecobahía cuyas lagunas se encuentran a un lado del trazado de las obras.

Normalmente las aves que “piden posada” en la Bahía entre setiembre y mayo de cada año viajan desde América del Norte hasta la Patagonia para escapar del invierno boreal en una travesía de miles de kilómetros. Hacen un descanso en Panamá y nuestro país, para llegar a la Argentina. Luego retornan a sus lugares de origen acampando temporalmente en la Amazonia.

Se estima que unas 200 especies llegan hasta la reserva ubicada en la zona de la Costanera cada año, aunque cada vez aumenta más el peligro proveniente de la contaminación con desechos de todo tipo y los riesgos que representan la pérdida del hábitat.

Por ahora, las aves siguen llegando y arman barullo en medio del ruido de camiones y tractores de la Costanera. No obstante, deben preservarse los sitios naturales donde descansan en su largo recorrido.

Día Mundial de la Vida Silvestre

La Secretaría del Ambiente (Seam), a través de la Dirección de Vida Silvestre realizará hoy un acto conmemorativo por el “Día Mundial de la Vida Silvestre”. Será a partir de las 09:00 en la Seam.

La celebración de este día recuerda la necesidad urgente de combatir los delitos contra la naturaleza, que tienen consecuencias de gran alcance en el ámbito económico, medioambiental y social. La fauna y la flora salvajes contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del desarrollo sostenible y del bienestar de los seres humanos.

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