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“Hoy, muchas corrientes de pensamiento e ideologías se proponen debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio, porque no descubren que es algo que favorece a la sociedad. Ocurre lo contrario: perjudica la maduración de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el desarrollo ético de las ciudades y de los pueblos. Ya no se advierte con claridad que solo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad”, dijo.
Sostuvo que la gran variedad de situaciones familiares pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio.
Fustigó la violencia contra la mujer y la calificó de vergonzosa. Sobre la ideología de género, resaltó que es otro desafío que surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. “Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer”, precisó.
Valenzuela indicó que toda vida vale. “Por eso le decimos ¡sí a la vida! Como nos enseñaron las abuelas paraguayas. Las mujeres más gloriosas. Que supieron construir después de vivir la destrucción de las guerras, de las ideologías del odio”, precisó.
Invitó a los presentes a revertirse de las armas del cristiano y luchar por el bien, la verdad y la belleza. “Superaremos la corrupción que nos aqueja. Pero sobre todo comenzando en casa, en el hogar. Vamos a esta lucha para defender nuestra familia, para potenciar nuestra familia, para reconstruir nuestra Nación con Dios como guía y donde hay cabida para todos, ¡sin exclusión!”, concluyó.