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Cuando era niña, Leda quería dos cosas: ser científica y viajar a estudiar al exterior, “veía programas por la tele y leía enciclopedias de la naturaleza que había en casa. Mi sueño se reafirmó en la secundaria, ya estaba segura de que quería seguir ciencias biológicas, especialmente biomedicina”. Como en nuestro país estos campos aún no están bien desarrollados como en otros, entonces solo quedaba el camino de postular. Y sucedió exitosamente. “Mi carrera en Yale se llama Biología Molecular, Celular y del Desarrollo. Es un área que me interesa profundamente por las experiencias que tuve en mi familia con el cáncer (mi abuela –que falleció– y mi tía, sobreviviente). Leda se graduó como mejor egresada en el Instituto Cristiano Interactivo (ICI- Ciudad del Este 2017). Formó parte de los equipos principales de competiciones intercolegiales deportivas, participaba regularmente de las competiciones de matemáticas (OMAPA), fue campeona departamental y finalista nacional en el 2017. Algunos de sus puntajes en los exámenes de admisión universitaria fueron: SAT superscore: 1550/1600 / TOEFL IBT: 111/120; su promedio del colegio: 5.0
–¿Qué pasos seguiste para encontrar universidad?
–Estando en el bachillerato empecé a investigar sobre becas en el extranjero, más adelante decidí enfocarme en EE.UU. Lo que hice fue entrar en las páginas de las universidades, ver los requisitos de documentación y estándares que requería la admisión, como el puntaje de los exámenes internacionales, también el tipo de ayuda financiera que ofrecían. Me fijaba en las universidades mejor posicionadas académicamente en mi área de interés. Así creé mi propia lista de posibles universidades.
–Yale era tu destino
–La elegí por ser reconocida mundialmente por su excelencia académica y por tener uno de los mejores programas de biología en EE.UU. Me ofrecieron una enorme y generosa beca que me cubre el 100% de los costos de la cuota, alimentación y ciertos gastos personales. Además, y no es algo menor, me atrajo mucho su ambiente, que se ve muy acogedor, amigable y motivador; reúne a los mejores estudiantes del mundo entero.
–¿Cómo recibiste la noticia?
–No tenía muchas esperanzas de que Yale me aceptase. Tenía, en cambio, muy buenas noticias de otras universidades, con eso estaba más que feliz. En total 10 universidades me aceptaron. Respecto a mi familia: mi papá (Armando, ingeniero electrónico), mi mamá (Leda, psicóloga) y mi hermano y hermana (ambos profesionales), todos con mucha alegría y emoción, pero también con sentimientos encontrados porque soy la hija y hermana menor y voy a estar lejos durante 4 años. Somos excepcionalmente unidos.
–¿Qué significa para vos ir a EE.UU?
–Es mi oportunidad de hacer grandes cosas; pensar que era algo que veía muy lejano, ¡hoy es una realidad! Voy a aprender de los mejores científicos y profesores, compartir clases, estudio, amigos, distintas culturas, nuevas experiencias, voy a descubrir el mundo de allá afuera. Voy a crecer personal y profesionalmente.
–¿Qué tipo de estudiante te considerás?
–Sinceramente me gusta muchísimo estudiar y aprender, especialmente ciencias, historia, culturas. Me considero una persona muy organizada a la hora de estudiar, y también tengo buena memoria. Me gusta investigar por mi cuenta sobre lo que me interesa. ¿Inteligente? No sé, creo que la clave es ser una persona muy dedicada, aplicada y que no se rinde.
–¿Qué pensás aquí y ahora de tu generación?
–Siento que en general hay un cambio de mentalidad y un deseo enorme de cambio, de hartazgo de la corrupción. Eso es muy esperanzador y confío en que vamos a avanzar mucho en los tiempos que se vienen. Sin embargo, creo que para que esto suceda es fundamental que nos involucremos más en actividades para el desarrollo del país; especialmente creo que la juventud tiene que involucrarse más en su propia formación, no solo en lo académico, también en lo personal, tener en mente que de nosotros depende una mejor sociedad. Fundamentalmente necesitamos desarrollar el amor al conocimiento, y no solo con cumplir los requerimientos básicos (estudiar para pasar y después olvidar todo). También buscar los valores como el respeto, la honestidad, la ética, con esos valores estamos construyendo un mejor lugar para todos.
–La carrera que vas a seguir tiene un gran desafío personal, sobre todo a nivel bioético.
–Creo que la bioética es un aspecto fundamental para un verdadero avance científico. Pienso que el respeto a la vida humana tiene que primar por sobre cualquier otro aspecto. No podemos avanzar a costa de dañar a otro ser humano. Si bien es cierto que es un tema complejo y en la actualidad hay más de una corriente de pensamiento entre los científicos, lo primordial es tener valores y creencias bien establecidos. Para mí es esencial la aplicación de la bioética en las investigaciones biomédicas.
–¿A quién admirás y por qué?
–A mis padres, por crear y saber mantener una familia linda y unida, por amarse tan increíblemente como matrimonio y transmitirnos ese amor a mis hermanos y a mí, por sus creencias religiosas, por darnos lo mejor que esté a su alcance.
–Tu mensaje para los jóvenes que te envidian sanamente
–Tomen las riendas de su futuro, infórmense sobre las oportunidades disponibles, persíganlas, superen cada obstáculo y no se rindan. Estudiar afuera es posible y se le puede dar a cualquiera que esté dispuesto a luchar por ello con esfuerzo y dedicación.
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