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PEDRO JUAN CABALLERO (Cándido Figueredo Ruiz, de nuestra redacción regional). Una comitiva fiscal acompañada por agentes de Investigación de Delitos de Amambay allanaron ayer la casa de las hermanas Adriana y Fabiana Aguayo Báez, asesinadas, decapitadas y calcinadas por sicarios, tras ser raptadas en esta ciudad.
Los intervinientes hallaron medio kilo de marihuana en la sala y observaron que todos sus bienes estaban listos para realizar una mudanza, presumiblemente al lado brasileño. Se sospecha que las mujeres habrían recibido amenazas de parte de organizaciones del narcotráfico, por lo que decidieron cambiar de domicilio.
Movidas en el tráfico
Según datos proporcionados por investigadores, las hermanas se movían en el mundo del narcotráfico e incluso se desempeñaban como microtraficantes.
La hipótesis se sostiene en el hallazgo de medio kilo de marihuana dentro de la camioneta, perteneciente a una de ellas. Además, Fabiana estaba casada con Juliano Pereira, encarcelado en Campo Grande (Brasil) por narcotráfico.
Otros vínculos
Las dos hermanas eran amigas de Américo Ramírez y su esposa, y tras el asesinato del Ramírez, ayudaron a la familia con los gastos de la funeraria y el sepelio, dijo el subocomisario Víctor López, subjefe del Departamento de Investigación de Delitos de Amambay.
Asimismo, existiría una vinculación con el crimen del exmarido de Adriana, Agustín Rolón Gómez (32), quien fue acribillado en la zona fronteriza de la ciudad brasileña de Ponta Porã con Pedro Juan Caballero, en 2012.
El hombre fue interceptado por sicarios que dispararon con fusiles punto nueve.