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Los jueces Víctor Medina, Olga Ruiz y Elsa García dieron oportunidad a los acusados por homicidio doloso y robo agravado para que declaren en la víspera.
Solo César Maidana y Celia Maidana declararon. Se negaron a hacerlo María Gabriela Villalba, su novio Gustavo Insfrán (autor del hecho) y Gustavo Noguera, esposo de Celia.
El primero en relatar lo ocurrido ante el tribunal fue César, quien se ratificó en todo lo que ya había declarado en sede fiscal. El barra brava de Cerro Porteño reconoció que su tía le contactó primero para asustar a su empleada por celos, y luego para matarla, porque “le iba a caer una auditoría” y sería “su fin”, con lo que se ratifica que el móvil fue un faltante de dinero.
Para hacer el “trabajo”, le dio un adelanto de G. 1 millón, que era para comprar un arma y una motocicleta para simular un atraco. Además, dijo que Celia le mostró la fotografía de la víctima y el local de su oficina, Capaclor (Pitiantuta casi Mcal. López). Finalmente, indicó que le “jodieron” la plata con un tal “Chupi”, barra brava, e hicieron “asado para los perros”, lo que hizo enfurecer a su tía.
César también reconoció que presentó a María Gabriela y Gustavo Insfrán a su tía, pero luego se “abrió” de todo porque no es un asesino. Agregó que su tía le pidió varias veces que cambie su declaración.
Celia Maidana, por su parte, intentó exculpar a su pareja Gustavo Noguera del hecho. A su vez, reconoció que pensó “asustar” a otra persona que se metía con su pareja, pero dijo que todo quedó en la nada. Negó conocer a Gustavo Insfrán, pero admitió que se encontró una vez con Gabriela en Pancholo’s de Lambaré y estaba con su novio (Insfrán). También se ratificó en que Sonia fue víctima de un robo y que ella estuvo en el baño durante el homicidio.
El juicio continúa mañana (8:00) con alegatos finales y podría haber sentencia.