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La sede obispal de Alto Paraná y Canindeyú dio a conocer un escueto comunicado fechado el 2 de abril, en el que dice que Antonio Prieto, cura párroco de Curuguaty, de momento está separado de todas sus funciones sacerdotales.
La nota señala, además, que la diócesis no recibió aún denuncia oficial alguna (sobre el escándalo ocurrido), pero que el caso será analizado según el derecho canónico de la Iglesia Católica.
La situación que involucra al religioso se hizo pública a través de las redes sociales, donde se divulgó una filmación en la que el cura aparece pidiendo disculpas por lo que hizo a una mujer y prometía que nunca más volvería a hacer algo similar, y que si lo hiciera, lo podrían matar.
“Zeca, te pido perdón; yo anduve con tu esposa y la induje, y también me ayudó mucho con dinero, perdoname Zeca”, se escucha decir en el material audiovisual, donde el sacerdote aparece con expresión de mucho temor. Una voz femenina que participa en el material le ordena que abandone Curuguaty, lo que es aceptado por el cura.
El fiscal de Curuguaty, Lucrecio Cabrera, abrió una carpeta de investigación sobre un supuesto hecho de coacción y amenaza a punta de arma de fuego que se divulga en el video difundido en las redes sociales.
El agente del Ministerio Público informó que por la gravedad de lo visto y escuchado en la filmación corresponde la apertura de una carpeta fiscal.