Pedidos de extradición desde Brasil “rebotaron” una veintena de veces

El empresario Carlos Sosa Palmerola, condenado a 8 años de prisión en el Brasil (fallo vigente pero apelado), y quien recuperó recientemente su libertad por disposición de una criticada resolución de la Corte Suprema de Justicia, ha sido requerido más de una veintena de veces por el vecino país, pero todas las veces fue favorecido por la justicia paraguaya con el rechazo de dichos pedidos.

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Sosa Palmerola está actualmente procesado como instigador del hecho punible de lesión de confianza en perjuicio de ÁRA SA de Finanzas, de donde se esfumaron más de US$ 14 millones y casi G. 2.500 millones. Estuvo involucrado en el pasado con procesos abiertos en el Brasil como derivación de operaciones fraudulentas de divisas y millonarias remesas de dólares al exterior.

En aquel entonces, Sosa estaba al frente de la empresa Tupi Cambios, que movilizó 19 cuentas en distintos bancos brasileños, casi todas abiertas a nombre de personas de escasos recursos, algunas de las cuales ni siquiera sabían de la existencia de dichas cuentas, en las que circulaban millonarias sumas de dinero.

Estos prestanombres (voluntarios o no) son conocidos en el vecino país como “laranjas” (naranjas). Gestión fraudulenta, evasión de divisas, operación de institución financiera sin autorización, formación de cuadrilla, falsedad ideológica y lavado de dinero, fueron los delitos atribuidos por la justicia brasileña a Sosa Palmerola para requerir su extradición.

Publicaciones anteriores revelan que la Corte Suprema de Justicia de nuestro país confirmó las resoluciones de varios jueces de primera instancia quienes rechazaron una veintena de pedidos de extradición de Sosa Palmerola.

Una de ellas, del año 2005, cita un reporte elaborado por autoridades judiciales del vecino país, disponible en el portal de la Justicia Federal de Curitiba (http:/www.jfpr.gov.br), referente a “crímenes contra el sistema financiero” y “crímenes contra el orden tributario”, que precisa que Sosa Palmerola fue investigado en veinte procesos desde 1998.

El primer pedido fue presentado en el 2002 y la jueza Blanca Gorostiaga, con dictamen favorable de la Fiscalía General del Estado, rechazó el requerimiento de la justicia brasileña.

La magistrada argumentó que los delitos por los cuales eran requeridos fueron cometidos entre 1996 y 1997. En esos años nuestro código penal no contemplaba la evasión de divisas, la asociación criminal y el lavado de dinero como hechos punibles.

A partir de esa primera resolución, varios jueces obraron en el mismo sentido, en atención a la postura sentada por la máxima instancia judicial.

Actualmente, la justicia brasileña estudia una apelación planteada por la defensa de Sosa Palmerola contra el fallo condenatorio de 8 años de cárcel, cuya principal estrategia es alegar que la operación cuestionada no es delito. Los defensores sostienen además que la causa está prescripta.

La liberación del “cerebro”

- El juez penal de garantías Miguel Tadeo Fernández había decretado la prisión preventiva en Tacumbú a Carlos Sosa Palmerola, el 17 de junio de 2015, según AI N° 549, tras ser considerado el “cerebro” de la desaparición de US$ 14 millones de Ára SA de Finanzas. Tras una maniobra en la Sala Penal de la Corte, integrada con el ministro Sindulfo Blanco y los camaristas civiles Neri Villalba y Mercedes Boungermini, a través de un recurso de “queja por retardo de justicia”, liberó a Sosa Palmerola, el 16 de julio de la semana pasada.

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