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“El 30 de diciembre de 1993 Vidal Ramón Benítez adquirió el inmueble individualizado como finca Nº 887 del distrito de San Joaquín, por compra realizada a Artemio Murray. Dicha compra se realizó con todas las formalidades establecidas por ley, y se perfeccionó con la Escritura Pública Nº 120 pasada ante la escribana Carmen Ayala de Battilana”, dijo la abogada.
Ruggero agregó que en el 2.010 Benítez decidió vender su propiedad y cuando se inician los trámites correspondientes de escribanía se encontró con la sorpresa de que su finca ya no se encontraba a su nombre. Se enteró que Murray realizó un juicio de “nulidad de título y cancelación en el Registro de la Propiedad”, tramitado en el Juzgado del Segundo Turno en lo Civil y Comercial de Coronel Oviedo, a cargo entonces del juez Juan Pane Cheli.
“Todo estaba maquiavélicamente tramado y en el expediente citado se presentó un escrito de allanamiento con la supuesta firma de Benítez, y el juez anuló la transferencia del inmueble. Luego una pericia corroboró que se falseó su firma”, indicó Ruggero.
Benítez abrió demandas de anotación de litis y excepción de falta de acción.