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La rebelión carcelaria surgió a las 10:10 cuando se filtró entre las internas la información sobre la supuesta remoción de Norma Bogarín como directora del reclusorio. Fue como resultado de un sumario iniciado a su administración a partir de una denuncia sobre torturas a internas que presentó la celadora Ana Bella Vera Martínez el pasado 5 de junio ante la ministra de Justicia, Sheila Abed, y también ante la fiscalía de Derechos Humanos, a cargo de la agente Martha Sandoval.
Según los antecedentes, la funcionaria presentó como evidencias fotografías que tomó a tres reclusas del Buen Pastor, identificadas como Fabiana Martínez, Cynthia Ávalos y Jessica Gómez. Las imágenes mostraban rastros de golpes y rasguños en los cuerpos de las mujeres.
El amotinamiento
La noticia generó un malestar generalizado entre las internas, quienes se congregaron masivamente en el patio del correccional y comenzaron a protestar por la supuesta destitución de Bogarín. Algunas de ellas argumentaron que tras su llegada, mejoraron las condiciones de vida de las reclusas. Cuando la situación se caldeó, las convictas amontonaron colchones, sillas, sábanas y todo lo que encontraban a su paso, para prender fuego en protesta por la decisión del viceministro de Justicia y Derechos Humanos, Éver Martínez, quien se constituyó en el centro de detención.
Efectivos de Antimotines y de la comisaría 6ª metropolitana tuvieron que intervenir para poner orden en el reclusorio. También acudieron bomberos voluntarios y de la Policía para apagar el incendio provocado.
El viceministro Martínez decidió finalmente retener en el cargo a Bogarín hasta que concluya el sumario.