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PEDRO JUAN CABALERO (Cándido Figueredo, de nuestra redacción regional). Iris Benítez, esposa de Pablo Javier Ocampos, de 23 años, uno de los que murieron, indicó que tiene varios testigos que pueden confirmar que su marido era un albañil y que nunca formó parte de ninguna organización criminal.
La viuda dijo que no va a quedar con los brazos cruzados y que exigirá a la Justicia que se aclare plenamente lo ocurrido.
A su vez, Elvira Ocampos, madre del ya mencionado Ocampos, sostuvo que su hijo hacía como un mes que fue a trabajar como ayudante albañil en Piray, llevado por una persona cuya identidad dijo desconocer.
Tanto la esposa como la madre de Ocampos indicaron que no descartan una acción judicial contra el Estado a fin de aclarar plenamente lo sucedido con su familiar. Ambas afirman en forma contundente que por los menos tres de los que estaban en el lugar eran albañiles que trabajaban allí, y no delincuentes, como se presentó a la prensa tras el operativo policial.
Mientras, en Asunción, el comandante de la Policía, Walter Vázquez, se ratificó en que la acción fue contra una verdadera banda criminal y centró sus declaraciones sobre los aprehendidos.
Vázquez dijo que si bien entre los detenidos ninguno tiene antecedentes policiales, no se puede descartar la su implicancia en la agrupación delictiva. En tal sentido se refirió al albañil Zoriano Sanabria, quien tenía su propio dormitorio en ese lugar.
Sabían de marihuana
En su declaración ante el fiscal Marcelo Pecci, Sanabria había dicho que tenía conocimiento de la plantación de marihuana y que veía gente que entraba y salía del lugar. Sobre el punto, Vázquez cuestionó el hecho de que el hombre no haya dado aviso a la policía.
Sin embargo, es sabido en Amambay que dar informes a la policía puede costar la vida.
Es muy común que debido a la carencia de trabajo, los albañiles acepten realizar trabajos de construcción encargado por los narcos.
Pero Vázquez dijo que para los criminales es más fácil reclutar a los jóvenes por la necesidad que tienen, para sacar adelante a sus familias, y les “lavan la cabeza”.