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El uniformado ya venía siendo vigilado por un supuesto desvío del rubro para combustibles, en una modalidad exactamente igual a la que tumbó a la anterior cúpula de la Policía Nacional.
La agente fiscal, quien interina a la titular de la causa, su colega Silvia Cabrera, en cambio dijo ayer que ella sí envió otro oficio al Comando del Ejército, para que los militares identifiquen con documentos los vehículos autorizados para cargar combustible con la tarjeta magnética de Petropar que fue encontrada en poder del suboficial arrestado.
Según la investigación de la fiscalía y del departamento Contra Delitos Económicos y Financieros de la Policía, la referida tarjeta era utilizada casi semanalmente para las transacciones ilegales consistentes en la efectivización del saldo contenido en el plástico.
Según la pesquisa, el suboficial Morales Franco era uno de los principales elementos en un esquema que sistemáticamente robaba el dinero del rubro de combustibles del Ejército al hacer figurar, por ejemplo, una carga por G. 1 millón a un vehículo determinado, pero en realidad los playeros cómplices solamente hacían pasar la tarjeta por el sistema y entregaban a los militares el mencionado monto en efectivo. Supuestamente, los empleados del surtidor también se quedaban después con una pequeña comisión por consentir el fraude.
En una entrevista en el Cuartel General del Ejército, el jefe directo del suboficial detenido, el teniente coronel Alfredo Gabriel Grance Lezcano, había asegurado que todas las operaciones efectuadas por su subalterno fueron autorizadas y que presentarían los documentos respaldatorios, que aún no sucedió, según la fiscalía.