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Las historias de distintas mujeres acerca de la atención sanitaria que recibieron durante su embarazo, parto y posparto sirvieron para que las asociaciones El Parto es mío, Pachamama, Movimiento por el derecho a la salud María Rivarola y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames) Paraguay se plantearan poner números a las situaciones de violencia en las consultas médicas.
“No habíamos abordado el tema, pero los relatos de las mujeres en distintos encuentros nos llevaron a plantearnos hacer un observatorio”, explicó a Efe una de las impulsoras de esta idea, Victoria Peralta.
Estas organizaciones empezaron a tomar conciencia de la violencia obstétrica en 2015, aunque no fue hasta septiembre de este año cuando se decidieron a impulsar el trabajo. Peralta comentó que en noviembre se reunieron con el grupo argentino Las Casildas, que ya habían sacado adelante el observatorio en su país, para recibir asesoramiento.
Desde entonces, trabajan en la elaboración de un “instrumento para recoger datos en los hospitales y hacer encuestas”, que estará listo “a finales de 2018”.
A partir de febrero, las organizaciones comenzarán a elaborar el cuestionario y a concienciar sobre lo que se entiende por violencia obstétrica, ya que “no existe información sobre el tema”, según Peralta.
La Organización Mundial de la Salud publicó en 2014 una declaración sobre “Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud” en la que hablaba de “trato irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto” en los hospitales.
Entre esas deficiencias en el trato a las embarazadas citaba maltrato físico y verbal, procedimientos médicos sin consentimiento, falta de confidencialidad, falta de atención o negativa a administrar analgésicos, entre otros. Peralta quiso dejar claro que con la creación del observatorio no quieren “ponerse en contra del personal médico, sino crear un instrumento para recabar información”.
A pesar de que todavía no existen datos al respecto, esta impulsora del proyecto destacó que el perfil de las embarazadas que más lo sufren en Paraguay se corresponde con el mismo patrón que otras formas de violencia en el país, “mujeres pobres, indígenas, monolingües y jóvenes”.
La violencia obstétrica aparece recogida en la ley 5.777 de protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia, que entrará en vigor el día 29 de este mes.