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MADRID (EFE). En la desarticulación de la red, los agentes se han incautado de tres armas cortas y 800 cartuchos de diferente calibre, 350.000 euros en efectivo, 4.000 dólares, sustancias estupefacientes, dos vehículos y material informático, informó ayer la Policía en un comunicado.
La organización habría establecido un complejo turístico alrededor del club clausurado, integrado por un hotel, un restaurante, una cafetería y una empresa de turismo activo.
Las víctimas captadas por la red compartían un perfil similar: eran jóvenes con cargas familiares y habían llegado a España debido a situaciones problemáticas o violentas en su país de origen. Algunas de ellas guardaban relación de parentesco con las intermediadoras de la red.
De acuerdo con la investigación, los detenidos atesoraban un patrimonio cercano a los tres millones de euros. La red supuestamente habría actuado durante varios años en la zona norte de España e incrementado las medidas de seguridad para mantener sus actividades después de la detención en diversas ocasiones de varios de sus miembros.
Durante las pesquisas, los agentes pudieron identificar a la mujer que presuntamente captaba a las víctimas, expareja de uno de los cabecillas de la organización.
Algunos de los supuestos líderes de la trama pernoctaban en el complejo y así controlaban de forma directa a las mujeres explotadas.
La operación permitió liberar a dos mujeres jóvenes y detener a siete personas en Ribadesella, cuatro en la vecina ciudad de Oviedo y tres en la provincia de Cantabria.
La operación se enmarca dentro del Plan de la Policía española contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual puesto en marcha en 2013.