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Rosa Emigdia Aquino explicó a ABC que a las 02:30 de ese día, efectivos de la FTC llegaron a su vivienda del barrio Nueva Fortuna de Kurusu de Hierro y forzaron las puertas hasta que lograron entrar. Luego, sacaron arrastrado a su marido, Alfonzo Dávalos, mientras le apuntaban con dos armas. Agregó que a su esposo lo golpearon varias veces, mientras que una de sus hijas también fue maltratada.
“A mí me apuntaron en el pecho con un arma y me pusieron contra la pared. Hace dos meses que me operaron y tengo reposo por seis meses, hasta ahora siento dolores en la espada. Mis hijos se asustaron y no podían abrir la puerta, los de la FTC patearon la puerta y a la fuerza le quitaron a mi hija de la pieza, ella también está con dolores en el cuerpo”, sostuvo Aquino. Según el relato, en todo momento preguntaban por las “visitas” que tuvieron, en referencia a miembros de la ACA.
“Nos preguntaron por una tal Lili que es una mujer rubia, según los de la Fuerza de Tarea Conjunta, pero nosotros no sabemos nada de esa mujer le dijimos”, refirió. También denunció que tras culminar el cateo, los miembros de la FTC se llevaron la cédula de su esposo y G. 200.000 en efectivo. Negó tortura
El vocero de la FTC, Tte. Cnel. Raúl Pereira, explicó que no hubo tortura, pero sí se registraron daños en la pared que bordea el marco de una puerta metálica.
“Hay situaciones en que no se puede evitar proceder así porque es una zona roja donde puede producirse algún tipo de hecho. Lamentablemente, para las fuerzas de seguridad no se encontró nada, la orden de allanamiento era de 1.000 metros y su casa estaba dentro de ese perímetro”, dijo Pereira.