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El robo quedó en evidencia cuando el tribunal de sentencia presidido por Juan Carlos Zárate dispuso la apertura de la caja lacrada que debía contener los DVD de las sesiones de terapia realizadas a la víctima, así como el aparato reproductor. Para sorpresa del colegiado, al abrir la caja el tribunal no había ningún reproductor y los DVD que allí dejaron estaban vacíos de contenido. También había un cuaderno, que al parecer estaba puesto para mantener el peso que la caja tenía con el reproductor. “Esto no fue cosa de un ratero, el que lo hizo sabía bien lo que se estaba llevando, que era parte de las sesiones de terapia de la víctima en las que iba recordando el trauma que sufrió, y dejó en su lugar dos DVD vacíos de contenido, pero el daño no fue mayor porque nosotros teníamos una copia. Aparte, se tomaron el trabajo de poner un objeto en la caja para mantener el peso. Es grave, pero se pudo subsanar con las copias que teníamos”, explicó el Dr. José Ignacio González Macchi, representante legal de la familia de la víctima.
Esta causa es actualmente objeto de verificación por profesionales de la Dirección de Auditoría de Gestión, a raíz de las excesivas dilaciones. El abuso ocurrió el 10 de noviembre del 2012, la acusación se presentó en noviembre del 2013 y hay un solo acusado por el caso.