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Relató que la camioneta recibió al menos 20 balas hasta que le hicieron parar. Agregó que estaba herido, al igual que su sobrinita. Aquel trágico día su papá Ulrico Zanotti, quien manejaba el vehículo, le dijo: “Salvate vos, hijo; salvate vos, hijo”. Relató que abrió la puerta y corrió al cañaveral. “Caigo y me quedo desangrado. Empiezo a hablarle a papá, herido desde adentro (del cañaveral). No sabía si mi sobrinita estaba mal o no”. Salió de ahí cuando su padre se lo pidió.