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Para Mattia Toaldo, del grupo de reflexión Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR por sus siglas en inglés), “cada vez más combatientes (...) acuden a Sirte en lugar de dirigirse a Siria” .
Aprovechando el caos que reina en el país, donde se registran combates entre milicias rivales y hay dos gobiernos que se disputan el poder, el grupo yihadista implantó en febrero su base en Sirte, ciudad natal de Muamar Gadafi.
Desde la caída en 2011 del régimen de Gadafi, propiciada por una operación militar en la que participaron países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, Libia está sumida en el caos.
Responsables del ejército leal al gobierno internacionalmente reconocido, con sede en el este del país, también afirman que la ciudad se ha convertido en un lugar de reclutamiento del grupo yihadista.
“Sirte se ha convertido en el centro (...) donde se forma e inicia a la ideología del EI a los nuevos reclutas”, declaró a la AFP el comandante Mohamed Hiyazi, portavoz de este gobierno, dirigido por el general Jalifa Haftar.
“Cientos de combatientes extranjeros vienen de Túnez, Sudán, Yemen y también Nigeria, para formarse y estar listos para realizar atentados en otros países”, según expresó un coronel de las fuerzas gubernamentales que solicitó permanecer en el anonimato.
Otro alto funcionario del gobierno estimó que los bombardeos contra el grupo EI en Irak y Siria “podrían llevarlo a transferir a sus jefes y centros de comando a Libia”.
La ONU considera que el grupo EI tiene entre 2.000 y 3.000 combatientes en Libia, 1.500 de ellos en Sirte.
En un informe publicado el martes, expertos de la ONU estimaron que el grupo EI, pese a ser una “evidente amenaza a corto y largo plazo en Libia, enfrenta una fuerte resistencia de la población y tiene dificultades para establecer y mantener alianzas locales”.