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CARACAS (AFP). “Cien días y sigo en rebeldía contra la tiranía”, se leía en pancartas durante una marcha ayer en Caracas, una de las varias que se realizan en todo el país desde hace 100 días, ininterrumpidamente.
Los manifestantes también llevaban afiches y camisetas con el rostro de Leopoldo López, el preso político más emblemático de los más de 400 que mantiene el régimen.
López fue transferido de la cárcel a prisión domiciliaria este sábado, luego de tres años y cinco meses encarcelado (de una pena de casi 14 años aun vigente), por haber llamado a protestar contra el Gobierno en 2014, acusuándole el chavismo de ser responsable de las muertes que ocurrieron en desmanes violentos durante esas protestas.
Posteriormente, un agente fiscal, que huyó de Venezuela, confesó las artimañas elaboradas por el oficialismo en el “juicio” contra López, que debía ser encarcelado como escarmiento para amedrentar a otros líderes opositores que convocasen protestas contra el Gobierno.
Régimen acosado
“Estamos cumpliendo 100 días de resistencia por Venezuela, seguimos en la calle con más firmeza rumbo al plebiscito”, dijo el diputado Juan Andrés Mejía, en rueda de prensa de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La MUD prepara para el 16 de julio una consulta popular simbólica, confiada en mostrar el rechazo masivo a una Asamblea Constituyente convocada por el gobierno de Nicolás Maduro, con un sistema de “elección” singular creado por el Gobierno que asegura el control oficialista de la misma.
El chavismo es rechazado por alrededor del 80% de la población, según todos los estudios y que se comprobó en las últimas legislativas, en 2015, luego de la cual el gobierno suspendió toda elección popular.
Además, sectores chavistas que se distancian del gobierno de Maduro expresaron ayer su rechazo a la Constituyente.
Analistas consideran que el gobierno excarceló a López buscando aligerar la presión que soporta.
Según la ONG Foro Penal, con los arrestos en estos 100 días, los “presos políticos” suman unos 430.