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MONTEVIDEO (EFE). “Uruguay ha sido arrinconado hacia Brasil debido a medidas y posturas argentinas que le generan dificultades y complicaciones”, destacó Alfonso Capurro, gerente del departamento Económico de la empresa consultora Ferrere.
El gobierno de la presidenta Cristina Fernández “resolvió unilateralmente cerrar sus fronteras” y la administración del presidente José Mujica “lo está sufriendo de varias formas”, agregó.
El peso de Argentina en la economía uruguaya “no se puede discutir”, desde allí proviene por ejemplo la mitad de los ingresos por turismo, que en el año 2012 fueron de unos 2.000 millones de dólares, pero “su inestabilidad, su proteccionismo y sus problemas con el dólar han pegado fuerte en Uruguay”, señaló.
Para Capurro, “resulta muy claro” que hoy las relaciones de Montevideo con Brasilia están mucho mejor y hay avances y muy buenas perspectivas en comparación con las existentes con el otro socio grande del Mercosur, el bloque formado también por Venezuela y Paraguay, este último suspendido.
En el ámbito local, los desafortunados dichos de Mujica de hace dos semanas en los que tildaba a Fernández de “vieja” y “terca” y a su difunto marido y expresidente Néstor Kirchner de “tuerto” fueron interpretados como una muestra de la “frustración” del mandatario por la marcha de la relación bilateral.
En los círculos diplomáticos de Montevideo se comenta que Mujica está “obsesionado” con Brasil, como dijo recientemente una fuente del sector.
El jefe de Estado uruguayo dejó patente esa “fijación” justo el día en que se filtraban sus polémicos comentarios sobre el matrimonio Kirchner, durante un acto con el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003 - 2010).
“Brasil tiene que cumplir una responsabilidad histórica, que es no aplastar y pagar la cena”, indicó en un foro sindical en Montevideo al reclamar al vecino del norte un mayor liderazgo en el Mercosur.