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MADRID (EFE). “Este es un acuerdo abierto e invito a las formaciones, a izquierda y derecha, a sumarse”, dijo ayer el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa posterior a la firma.
No obstante, la reacción de los otros partidos con más diputados fue negativa y tanto el PP (conservador) como Podemos ratificaron su negativa a la investidura de Sánchez, lo que impedirá que se convierta en jefe del Ejecutivo la semana próxima.
Sánchez indicó que el pacto con Ciudadanos es solo “el primer paso” para que haya un cambio político en España e hizo un llamamiento a otros partidos para “abandonar el verbo vetar y abrazar el verbo acordar, desterrar el verbo imponer y poner el práctica el verbo entender”.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuyo partido está representado por primera vez en el Congreso de los Diputados, no descartó entrar en un gobierno presidido por Sánchez, aunque no es su prioridad.
El pacto firmado ayer contempla más de 200 iniciativas, entre ellas, modificar la Constitución y una reforma fiscal y laboral, que asegure los derechos sociales y complete el funcionamiento federal de la organización territorial de España, según sus firmantes.
En este sentido, los dos partidos manifiestan “su permanente e inequívoco compromiso compartido con la unidad e integridad” del Estado, ante el desafío independentista planteado en Cataluña por los partidos que gobiernan esa región española.
Contemplan igualmente la supresión de la preferencia del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona.
Estas reformas en la Carta Magna se unirían a las anunciadas anteayer, que incluyen reducir el mandato del jefe del Ejecutivo a un máximo de ocho años.
Asimismo, proponen acabar con el aforamiento de senadores y diputados en el Parlamento nacional y en los regionales, una situación recogida en la Constitución por la que estas personas, junto a otros altos cargos, solo pueden ser juzgados por el Tribunal Supremo y no por los tribunales ordinarios.
Este acuerdo político llega dos meses después de las elecciones generales del 20 de diciembre pasado, que dejó un Congreso plural, con cuatro grandes formaciones: PP (centroderecha, 123 escaños), PSOE (90), Podemos (69) y Ciudadanos (40).
Los 130 escaños que suman PSOE y Ciudadanos no bastan para la elección de Sánchez como jefe del Ejecutivo, puesto que necesita el apoyo o, al menos la abstención, de otros partidos, para conseguir una mayoría entre los 350 escaños del Congreso.