Trump sigue favorito y Clinton debe remontar

Hillary Clinton se juega mañana en las primarias de Nuevo Hampshire una parte importante de sus chances en la carrera presidencial de Estados Unidos. Lo mismo ocurre por otra parte en el campo republicano, donde para muchos candidatos el voto en ese estado podría ser el capítulo final en el camino hacia la nominación.

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NUEVA YORK. (ANSA).Los favoritos para imponerse son Bernie Sanders en el campo demócrata y Donald Trump en el republicano, frente a quien Marco Rubio parece estar ganando terreno. A diferencia de lo ocurrido en Iowa, en Nuevo Hampshire Rubio podría superar al senador ultraconservador Ted Cruz.

El problema para Rubio es que en el último debate televisivo entre los candidatos republicanos antes de la cita en estas primarias no logró brillar y, según los analistas, para el senador de origen cubano fue incluso el peor debate en directo hecho hasta ahora.

Trump dio, en cambio, la sensación de salir indemne del encuentro, que regaló de todos modos pocas emociones.

Por otra pate, tras su inesperada derrota en Iowa, donde la mayoría de las encuestas le auguraban una holgada victoria durante los días previos a los comicios, Trump está prácticamente obligado a ganar en Nuevo Hampshire, y a hacerlo por un amplio margen, si no quiere que el torbellino en el que se ha convertido su campaña se desvanezca.

En el campo demócrata, quien parece estar en la cuerda floja es Hillary. Tanto es así que vuelven a circular los rumores de una posible candidatura como independiente del exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, aunque también podría probar suerte al estilo “last minute” el secretario de Estado, John Kerry, o el vicepresidente Joe Biden.

Los sondeos en Nuevo Hampshire siguen dando claramente ganador al “socialdemócrata” Bernie Sanders, quien de hecho logró “enganchar” a Hillary también a nivel nacional.

Evidentemente la estrategia de Sanders –quien puso el eje de sus críticas en los millonarios pagos cobrados por Hillary para participar en eventos y dar discursos– está dando resultado.

Las cifras son impresionantes: desde que dejó la secretaría de Estado en 2013, Hillary cobró 21,6 millones de dólares por sus intervenciones o presencia en actos, dinero pagado sobre todo por grandes grupos empresariales o bancos.

Estos y otros datos son música para los oídos de Sanders, quien no se cansa de pregonar una “revolución política” impulsada desde abajo.

De esta manera Hillary tiene una imagen de la cual no logra alejarse y que daña por otra parte la gran experiencia que ha alcanzado en estos años, sobre todo en temas referidos a la política exterior y la seguridad.

Tras la victoria por un estrechísimo margen en Iowa, Hillary apunta ahora a limitar los daños en Nuevo Hampshire, para luego cobrar fuerza en Carolina del Sur y sucesivamente en los estados del sur del país en los que los Clinton no tiene problemas (como por ejemplo Arkansas, del que su marido, el expresidente Bill Clinton fue gobernador).

Sanders tiene a su vez la esperanza de ganar con comodidad en Nuevo Hampshire, revolviendo los sondeos que a nivel nacional aun dan como favorita a Hillary.

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