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En un encuentro con líderes de opinión en la residencia oficial de Los Pinos, el presidente Enrique Peña Nieto recordó que los dos sismos, de magnitud 8,2 y 7,1, respectivamente, así como la réplica del primero registrada el 23 de septiembre, dejaron en conjunto 471 víctimas mortales.
La mayoría de ellas se concentraron en la Ciudad de México, que registró 228 fallecidos, incluyendo dos mujeres que murieron de un infarto cuando en la capital sonó la alerta sísmica por la réplica del día 23.
En el sureño estado de Oaxaca hubo 83 víctimas mortales, en Morelos 74, en Puebla 45, en Chiapas 16, en el Estado de México 15, en Guerrero 6 y en Tabasco 4.
En las tareas de resguardo y rescate, que constituyeron la primera etapa del plan de acción del Gobierno, participaron más de 90.000 elementos de las fuerzas federales. Se atendieron unas 11.000 llamadas de emergencia y se pusieron a disposición más de 3.000 camas para la atención médica urgente. También se proporcionaron más de 226.000 atenciones médicas y psicológicas, detalló.
Dentro de la segunda fase, la de registro, las autoridades elaboraron censos para realizar un dictamen definitivo de daños, de cara a la última etapa, la de reconstrucción, y comenzaron las tareas de remoción de escombros, mientras que miles de afectados fueron instalados en albergues.
Los sismos afectaron 180.731 viviendas, 50.610 de ellas con daño total. En este ámbito, los estados sureños de Oaxaca y Chiapas fueron los más perjudicados. En el primero se registraron 63.336 inmuebles con daños, y en el segundo fueron 59.397.
Para los estados afectados, se implementó un apoyo procedente del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) de 15.000 pesos (797,9 dólares) por daño parcial y de 120.000 pesos (6.382 dólares) por daño total, así como un crédito complementario por parte de la Sociedad Hipotecaria Federal.