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MADRID (ANSA). “El desenlace es inminente”, dijo ayer su hijo, Adolfo Suárez Iliana, entre lágrimas, en el hospital Centro de Madrid, donde se encuentra desde el lunes.
Ingresado por una infección respiratoria, su estado de salud ha empeorado en los últimos días debido a la enfermedad neurodegenerativa que padece.
Su hijo confirmó en 2005 la enfermedad que sufría Suárez: “Ya no recuerda que fue presidente del gobierno”, afirmó entonces. Su última aparición fue en 2003, cuando apoyó la candidatura de su hijo a la presidencia regional de Castilla La Mancha. Suárez fue presidente entre 1976 y 1981.
A sus 43 años y siendo un desconocido para la mayoría de los españoles llegó a la presidencia después de que el rey Juan Carlos le encargó abrir la etapa democrática y desmontar las estructuras de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
Suárez llevó a buen puerto su tarea, no sin dificultades, y ganó las primeras elecciones generales libres celebradas en 1977. Las Cortes surgidas de esas elecciones aprobaron la Constitución, que fue sometida a referéndum el 6 de diciembre de 1978.
En 1979 Suárez volvió a ganar las elecciones, pero esta vez comenzó una etapa llena de dificultades y un año después el Partido socialista (PSOE) presentó una moción de censura contra él. Suárez se quedó sin apoyos en su partido, la Unión de Centro Democrático (UCD). La falta de apoyo del rey Juan Carlos y las tensiones en su partido llevaron a Suárez a presentar su dimisión el 29 de enero de 1981. Un año después creó otro partido, el Centro Democrático y Social (CDS), con el que consiguió ser diputado hasta que en 1991 abandonó la política. Su esposa, María Amaro Iliana, murió de cáncer en 2001.