Escuchar música con volumen demasiado alto aumenta el riesgo de sufrir pérdidas auditivas e incluso provocar sordera, advirtieron.
Los ruidos que se consideran dañinos son a partir de 85 decibeles. Por ejemplo: el ruido del tráfico o el zumbido de un refrigerador, el motor de las motocicletas y tractores para cortar el césped llegan a 90. Reproductores de música MP3 pueden llegar a 100 decibeles.
La aparición intermitente de un zumbido en algún oído, la dificultad para entender o identificar palabras en una conversación y la incomodidad de escuchar sonidos agudos son las primeras manifestaciones de pérdida progresiva de la audición, que hacen necesaria la visita al médico.
Los especialistas recomiendan escuchar música a un volumen moderado. Esto permite oír lo que ocurre alrededor y al mismo tiempo evitar gritar para ser escuchado.
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El exceso de ruido puede destruir las células nerviosas encargadas de la audición y el daño es irreversible. Cuando eso sucede es necesario utilizar prótesis auditivas, medicamentos y vitamínicos que coadyuven a una mejor calidad para escuchar, aunque la función auditiva nunca se va a recuperar al 100%.