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El comandante “ordenó la transición de los reclusos de células comunes a individuales en el campo 6 para asegurar la salud y la seguridad de los detenidos”, indicó el portavoz de la prisión, Robert Durand, en un comunicado.
“Esta acción fue tomada en respuesta a los esfuerzos de los reclusos para limitar la capacidad de los guardias de observarlos al cubrir las cámaras de vigilancia, las ventanas y los tabiques de vidrio”, explicó.
Los guardias intervinieron para retirar estos obstáculos pero “ciertos detenidos resistieron con las ayudas de armas improvisadas, y, como respuesta, se tiraron cuatro balas no letales”, indicó.
El abogado de dos kuwaitíes en huelga de hambre, Barry Wingard, deploró el uso de la fuerza.
“La acción de los responsables de la prisión es exactamente la inversa a lo que pienso que debería hacerse. La huelga de hambre podría estar terminada si los ejemplares del Corán de estos hombres no hubieran sido registrados”, declaró.
“La única cosa constante en Guantánamo es que la fuerza parece desafiar siempre a la lógica y el buen sentido”, dijo el abogado.
Según los abogados, la gran mayoría de los detenidos de la sección 6, donde se encuentran 130 reclusos, están en huelga de hambre tras un registro a comienzos de febrero en el que sus libros del Corán fueron examinados y, según su percepción, profanados.