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KIEV (EFE, Reuters).Los manifestantes inundaron las calles del centro de Kiev, molestos por la decisión de Yanukovich de retirarse de la firma de un convenio histórico con la UE, y en su lugar favorecer lazos más cercanos con Rusia.
Los líderes de los partidos opositores ucranianos hicieron ayer llamamientos a la calma en el multitudinario mitin que se desarrolla en la Plaza de la Independencia de Kiev, mientras algunos grupos trataron de asaltar edificios oficiales.
Según datos de los partidos opositores, en la plaza se congregaron hasta medio millón de personas, mientras que el Ministerio del Interior de Ucrania habla de 150.000.
“Os pido mucha atención, si alguien os pide que vayáis a asaltar algún edificio oficial, esto puede ser muy peligroso”, manifestó el dirigente del partido UDAR, el excampeón de boxeo Vitali Klichko, a los congregados.
Un grupo de opositores se enfrentó con la Policía que custodia la sede presidencial, mientras otro grupo entró en el Ayuntamiento, después de romper las ventanas del mismo.
La agencia rusa ITAR-TASS señaló que “han comenzado enfrentamientos entre manifestantes y policías” que protegen el complejo presidencial y añadió que se escucharon detonaciones y se elevaron columnas de humo, que al parecer se debieron al empleo de material pirotécnico por parte de algunos manifestantes.
Varios medios mostraron a un grupo de opositores montados en una excavadora acercándose al cordón policial que custodia el complejo presidencial.
Errores y aciertos
“En retrospectiva, la UE cometió una serie de errores graves. No era necesario ni apropiado presentar a Ucrania un Acuerdo de Libre Comercio Amplio que es muy demandante”, declaró Michael Leigh, de German Marshall Fund, centro de estudios internacional.
Incluso los partidarios del acuerdo reconocen que habría generado elevados costos de implementación para Kiev, que está en dificultades para evitar la cesación de pagos, mientras que los beneficios económicos serían graduales.
Por otra parte, se firmaron acuerdos de asociación con Georgia y Moldavia, en Vilna, como premio de consuelo para los líderes de la UE, que esperaban la enorme recompensa de incluir a Ucrania, un mercado potencial con 46 millones de habitantes.