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El trabajo del CNIO, publicado ayer en Cell Metabolism, explica que quienes ya padecen enfermedad inflamatoria intestinal podrían beneficiarse de una dieta rica en proteínas, mientras que una dieta baja en proteínas podría ser lo más adecuado para quienes tienen predisposición genética al cáncer de colon.
Además, el trabajo desvela por qué un determinado tipo de fármacos empleados contra el cáncer colorrectal (los inhibidores de mTORC1) son prácticamente inefectivos en algunos pacientes, un hallazgo que “abre vías para optimizar y personalizar los tratamientos”, afirman los investigadores en su publicación.
Más del 75% de los casos de cáncer colorrectal se atribuyen a causas adquiridas, ya que no están asociados a factores genéticos.