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Ma, que vive los dos últimos meses de su segundo mandato presidencial, dijo que la nueva Mandataria prometió mantener el “statu quo” en las relaciones con China, basadas en el no reconocimiento pero la no agresión.
Pero este ofrecimiento no le basta a Ma para estar confiado en que no se tomen decisiones que “provoquen” a China y causen “inestabilidad”.
“La situación no está muy clara. Esperamos que (se) pueda seguir la senda trazada”, manifestó el presidente.
El mandatario taiwanés insistió en que habrá que esperar hasta el discurso de la toma de posesión de Tsai, el próximo 20 de mayo, para tener una visión más clara.
El punto que más le preocupa a China continental, apuntó, es que se respete el Consenso de 1992, rubricado por ambos países y en el que se acepta a “una China con dos interpretaciones”, detalló Ma.
La “diplomacia viable”, su base para las relaciones exteriores, le permitió un acercamiento sin precedentes con Pekín, con base en una política pragmática, y con un gran componente de acuerdos comerciales.