Cargando...
Ya sea para aliviar dolores o para tratar alguna enfermedad aguda o crónica, las conocidas plantas se convirtieron para los caraqueños en la alternativa más económica frente a los elevados costos y la escasez que registran algunas medicinas.
“Como está la vida de cara en este país y ante la falta y lo caro que está la mayoría de las medicinas, decidí hace tiempo usar estas hierbas, que al menos para mí son milagrosas”, dijo a ANSA Migdalia Contreras, de 55 años de edad, que consume la planta que popularmente llaman Mapurite, pero cuyo nombre científico es Petiveria alliacea.
“Huele horrible, pero sin duda que sus propiedades terapéuticas la reivindican”, comentó la mujer, tras explicar que la toma como infusión para combatir “una gastritis que me traía por la calle de la amargura porque golpeaba a mi estómago y también a mi bolsillo”.
Para el médico Ricardo Gil Otayza, profesor e investigador de la Universidad de Los Andes, las plantas medicinales son “una alternativa frente a los altos costos de los medicamentos alopáticos. Aunque “eso no quiere decir que las hierbas sean inocuas, ya sabemos que en su interior hallamos decenas de principios activos potencialmente terapéuticos (y tóxicos), que podrían desencadenar efectos nocivos al paciente si no se aplican con criterio racional y científico”.