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Esta interrogante levantó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, este viernes.
Desde que fue elegido presidente de Estados Unidos la semana pasada, el magnate inmobiliario –que siempre ha vivido en Nueva York– difícilmente ha salido de Manhattan.
Ha pasado la mayor parte del tiempo atrincherado con su familia y sus asesores en su edificio de la Quinta Avenida, la Torre Trump, causando caos en el corazón de la mayor ciudad del país debido a asuntos de seguridad y las protestas anti-Trump.
“Nunca hemos enfrentado una situación como esta antes”, dijo De Blasio a los periodistas.
Aunque no aportó cifras concretas, De Blasio explicó que la seguridad para el presidente electo ha sido más rigurosa que durante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Las autoridades de la ciudad planean reforzar las medidas de seguridad y las restricciones de tránsito existentes en torno a la Torre Trump hasta que asuma el poder en Washington el 20 de enero.
¿Y qué pasará después?
De Blasio, quien se reunió con Trump en su torre el miércoles, se rehúsa a especular.
“El presidente electo tiene que asumir su puesto y tener la experiencia de estar en la Casa Blanca y tomar la decisión que sea correcta para él y su familia”, dijo.
“Cuando el presidente electo asuma el papel de presidente de Estados Unidos y tenga esa responsabilidad, la necesidad de estar en Washington y lidiar con situaciones que solo pueden ser manejadas desde la Casa Blanca será bastante frecuente”, indicó. “Pero no es correcto prejuzgar”.
Además de los policías adicionales y las unidades antiterroristas desplegadas las 24 horas del día en torno a la Torre Trump, De Blasio destacó las pérdidas de ingresos sufridas por los negocios del área debido a los embotellamientos de tránsito y a las manifestaciones anti-Trump.