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Con 43 años, Turing se suicidó en 1954 envenenándose con cianuro tras ser condenado y castrado químicamente por su homosexualidad, entonces ilegal en el Reino Unido.
Además de la carta –firmada por científicos como el astrónomo real Martin Rees o Paul Nurse, responsable de la Royal Society–, se ha presentado una moción en la Cámara de los Lores para que Turing sea perdonado antes de que acabe el curso político.
En opinión de los firmantes, Turing fue “uno de los matemáticos más brillantes de la era moderna”, que protagonizó el “extraordinario logro” de descifrar los códigos generados por la máquina Enigma, con la que los nazis enviaban sus mensajes secretos durante la guerra.
“Aun así, los sucesivos gobiernos parecen ser incapaces de perdonar su condena por el crimen que entonces era ser homosexual”, denuncian los científicos.
Michael Grade, que preparó la carta, expresó su deseo de que Cameron use su autoridad para perdonar a Turing, teniendo en cuenta el “brutal” tratamiento que recibió: “Es algo de lo que nosotros, como país, debemos avergonzarnos”, dijo.
En 2009, el primer ministro Gordon Brown pidió perdón al matemático que, según sus palabras, fue tratado de forma “horrible”, pero no lo perdonó oficialmente.
Otro intento de indulto fue frustrado el pasado febrero por la coalición gubernamental de conservadores y liberaldemócratas.
Tom McNally, del Ministerio de Justicia, admitió que la decisión era “chocante”, pero que el perdón “no se consideró apropiado ya que Turing fue condenado por lo que en esa época era un delito criminal”.