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El custodio de Tierra Santa, el franciscano Pierbattista Pizzaballa, quien se ha ocupado de organizar el viaje de ambos líderes y sus delegaciones, resaltó a la prensa en el Vaticano que la ceremonia sin precedentes del domingo se entenderá como “una pausa en la política” .
“El deseo del Papa es el de hacer una pausa en la política, elevarnos y mirar en alto y desde arriba darnos cuenta de lo que ocurre en Tierra Santa”, explicó Pizzaballa.
El franciscano comentó que no hay que creer que, tras ese acto, “estallará la paz”, pero destacó que es un gesto fuerte “para dar un respiro a la política e impactar sobre la opinión publica”.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, y el custodio de Tierra Santa dieron ayer los detalles de esta ceremonia, que se producirá tras la invitación a rezar por la paz que el papa Francisco hizo a los dos líderes durante su viaje a Tierra Santa.
El Papa les invitó a su “casa ” para que orasen y el Vaticano ha elegido un lugar neutro, al aire libre y sin connotaciones religiosas de ningún tipo para organizarlo. El espacio para esta “invocación por la paz” será un idílico rincón de forma triangular de los jardines vaticanos, rodeado de frondosos arbustos y desde el que se divisa la cúpula de la Basílica de San Pedro. No se tratará, puntualizó el Vaticano, de una “oración interreligiosa” sino que cada uno rezará según su confesión.