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GINEBRA (AFP). La OMS estima sin embargo que estas instrucciones “llenan un vacío” en el esfuerzo mundial por promover una vida sana.
En un momento en que la obesidad representa una amenaza creciente para la salud pública y que el 80% de los adolescentes “no son lo suficientemente activos físicamente”, la OMS estimó necesario difundir una lista de buenos hábitos para menores de 5 años, un periodo crucial para el desarrollo de un estilo de vida.
Aún reconociendo que estos consejos se basan en “pruebas de débil calidad”, la agencia sanitaria afirma que sus recomendaciones pueden aplicarse a todos los pequeños, sea cual sea su sexo, entorno cultural o estatus socioeconómico.
Para los bebés de menos de 12 meses, la OMS recomienda al menos 30 minutos de actividad física diaria, incluyendo en posición ventral para aquellos que todavía no caminen.
No hay que mantener a los bebés en un carrito, en una silla alta o en la espalda de alguién durante más de una hora ininterrumpida, y tienen que dormir entre 12 y 17 horas diarias.
Para los niños de 1 a 2 años, aconseja tres horas de actividad física por día, no más de una hora de “tiempo sedentario de pantalla”, y al menos 11 horas de sueño.
Para los de 3 a 4 años, las tres horas de actividad física diaria deben incluir al menos una hora de movimiento “de moderado a vigoroso”. El uso de pantalla no debe superar tampoco una hora.
Estas recomendaciones pueden parecer de puro sentido común, pero algunos expertos le reprochan a la agencia de la ONU formularlas basándose en pocas pruebas y adoptando conceptos simplistas como “tiempo de pantalla sedentario”.
“Me pregunto cómo las instrucciones mundiales de política de sanidad pública, que afectan a millones de familias, pueden basarse en ‘pruebas de débil calidad’”, se preguntó Kevin McConway, profesor de la Open University británica.
Recordó además que era a menudo imposible llevar a cabo experimentos y estudios con niños pequeños, lo que llevó a la OMS a basarse en observaciones.
Andrew Przybylski, de la Universidad de Oxford, dijo que “las conclusiones referentes a las pantallas están alejadas de las pruebas científicas del daño sufrido”.