Ocalan también llamó a los insurgentes armados del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) a “retirarse de Turquía”, alegando que “es tiempo de que la política prevalezca”.
El gobierno exige que los cerca de 2.000 combatientes del PKK abandonen el territorio turco antes del otoño boreal y se comprometió a obtenerles un salvoconducto para ir a Irak, donde esa organización tiene numerosas bases.
Desde la fundación del PKK en 1984, Ocalan ya había llamado cuatro veces a la paz, pero esas propuestas fueron rechazadas por Ankara o torpedeadas por los sectores más intransigentes de los separatistas.
Esta vez, las cosas parecen perfilarse bajo mejores augurios. El primer ministro Tayyip Erdogan se dijo abierto a esta iniciativa.
“Si (el PKK) cesa las acciones militares, nuestras tropas no emprenderán más operativos militares”, declaró el jefe del gobierno islamista conservador en La Haya, donde efectúa una visita oficial.
Erdogan ya se había declarado determinado a impulsar contra viento y marea el actual proceso, desafiando a la oposición nacionalista turca que lo acusa de “traición”.
En la acera de enfrente, el comandante militar del PKK, Murat Karayilan, prometió acatar la orden lanzada por Ocalan desde la cárcel donde purga desde 1999 una condena a prisión perpetua.
“Todos tienen que saber que el PKK está preparado tanto para la paz como para la guerra. En ese marco, vamos a plasmar con determinación en los hechos el proceso iniciado por ‘Apo’ (el sobrenombre de Ocalan)”, proclamó Karayilan, citado por la agencia de prensa prokurda Firat News, desde una base del PKK en el norte de Irak.
Negociaciones
El llamado al cese de hostilidades culmina varios meses de discretas negociaciones entre los servicios secretos y Ocalan, encarcelado en la isla de Imrali, cerca de Estambul.
Los kurdos, en su gran mayoría musulmanes sunitas, ocupan un territorio de cerca de 500.000 km cuadrados, a caballo entre Turquía, Irán, Irak y Siria.
Su número varía, según las fuentes sean turcas o kurdas, entre 25 millones y 35 millones. De 12 a 15 millones viven en Turquía, unos 5 millones en Irán, 4,5 millones en Irak y dos millones en Siria.
También hay importantes colectividades kurdas en Azerbaiyán, Armenia, Líbano y en Europa, principalmente en Alemania.
En Diyarbakir, la explanada con la hoguera del “Newroz” estaba engalanada con banderas con los colores kurdos: rojo, amarillo y verde.