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WASHINGTON (AFP). Esa preocupación constante con la seguridad queda en evidencia en buena parte de la centena de papeles a los que AFP tuvo acceso, desclasificados y traducidos por la CIA, aunque no ha sido posible verificar de forma independiente el origen de estos documentos ni la calidad de la traducción.
Por ejemplo, en una carta fechada el 26 de setiembre de 2010, Bin Laden detalló instrucciones precisas para que una de sus esposas pudiera reunirse con él en Abbottabad, Pakistán, sin traicionarlo inadvertidamente.
“Antes de que Um Hamzah llegue aquí, es necesario que ella abandone todo, inclusive vestimentas, libros y todo lo que posea, en Irán. Todo lo que una aguja pueda penetrar”, escribió, antes de explicar que “han sido desarrollados dispositivos para espionaje tan minúsculos que pueden ser escondidos en una jeringa”.
Además, señaló que “como no se puede confiar en los iraníes, es posible implantar uno de esos dispositivos en alguno de los objetos que uno pueda cargar”.
Um Hamzah –la saudita Jairiah Sabar– era una de las tres esposas de Bin Laden presentes en la residencia en Abbottabad, donde el líder de Al Qaeda fue abatido a balazos por un comando estadounidense. Poco después, Hanzah fue arrestada por autoridades paquistaníes.
Evitar internet
En otros documentos, el líder terrorista Bin Laden explicó a sus interlocutores la importancia de estar constantemente atentos a la seguridad, aunque ello torne más difíciles las comunicaciones y las operaciones.
“Los procedimientos de seguridad en nuestra situación deben ser aplicados a todo momento y no hay margen para el error”, señaló en otra carta, no datada.
Bin Laden llegó a explicar a un lugarteniente que “nuestra situación de seguridad no nos permite ir a ver un médico, de forma que por favor tengan cuidado con sus necesidades médicas, en especial los dientes, y guarden las recetas de cada médico para volver a usarlas cuando vengan”.
En lo que se refiere a las comunicaciones por internet, apuntó: “Podemos hacerlo por mensajes muy generales, pero el secreto que rodea a un mujahidín no le permite utilizarla, los enlaces son el único medio”.
De acuerdo con otra carta, uno de los interlocutores de Bin Laden, identificado como Atiyah Abd al Rahman –conocido apenas como Mahmud– reclamó que la imposibilidad de usar internet tornaba las comunicaciones sumamente difíciles.
“Esto es demasiado complicado. ¿Cómo podemos correspondernos con hermanos en Argelia, Irak, Yemen y Somalia? A veces no hay otra alternativa si se toman las precauciones. Con relación a Irak, vamos a intentarlo, pero es muy difícil”, le escribió a Bin Laden.
Además, añadió, que desde el punto de vista de la seguridad era de importancia fundamental que sus lugartenientes aprendieran a hablar el urdu, el idioma más utilizado en Pakistán.
El líder de Al Qaeda también recordó a sus lugartenientes que era necesario destruir regularmente las tarjetas de telefonía celular utilizadas.
“He destruido todas las tarjetas que había entre nosotros. Las ha roto y destruido. Uso ahora tarjetas nuevas. Por favor, preciso que destruyan todas las tarjetas anteriores y usen nuevas. Debemos hacer esto cada vez que cambiemos las tarjetas”, determinó.
En una carta fechada el 24 de noviembre de 2010, Mahmud sugirió esperar “un cielo cargado de nubes” para poner en el camino a la esposa del jefe, como forma de evitar los drones.