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El contratista estadounidense, cuyo encarcelamiento en Cuba complicó el acercamiento entre ambos países, opinó que el Gobierno cubano está “fracturado en distintas fracciones que tratan desesperadamente de aferrarse a su porción de un pastel que se desintegra”.
“Los Castro ya no están (realmente) en el poder. No son relevantes para el futuro de Cuba”, aseguró Gross, de 66 años, desde el apartamento en Washington donde vive desde poco después de su liberación el 17 de diciembre de 2014, el mismo día del anuncio del deshielo entre EE.UU. y Cuba.
“El expresidente cubano Fidel Castro no es un hombre joven, su tiempo es limitado y sus días se han acabado”, agregó. “Él es el pasado. Cuba no puede permitirse vivir en el pasado, y lo sabe”, continuó Gross, para quien el presidente Raúl Castro no tiene completamente el control, como sí lo tuvo su hermano.
Gross fue detenido en 2009 y condenado en 2011 a 15 años de prisión por supuesto espionaje.