Cargando...
LONDRES (EFE). Desde la decisión por referéndum de abandonar la Unión Europea (UE), hasta el rechazo este miércoles por el Parlamento de una moción de censura contra el gobierno, el Reino Unido ha vivido más de dos años y medio de sobresaltos en su avance hacia el brexit.
Los británicos, convocados en junio de 2016 para un referendo, decidieron dar por terminados –con 52% de los votos– los 45 años de integración con la UE.
El acuerdo negociado por la primera ministra, Theresa May, tenía por objetivo garantizar que el Reino Unido (RU) dejaba el bloque europeo de forma ordenada el 29 de marzo. Pero fue rechazado el martes por una aplastante mayoría en el Parlamento, lo que sembró mayor incertidumbre en torno al futuro político del RU.
May superó ayer una moción de censura presentada por la oposición laborista, y ahora planea explorar opciones alternativas a su acuerdo del brexit, sin descartar pedir una extensión del plazo para dejar la UE.
Tras conocer el resultado, la primera ministra afirmó que continuará trabajando para “cumplir con la solemne promesa” de materializar el resultado del referéndum de junio de 2016, en el que los británicos votaron por abandonar la UE.
Con una victoria por 325 votos frente a 306, la primera ministra recibió algo de aire en la Cámara de los Comunes (Diputados) y alejó por ahora la posibilidad de que se convoquen unas elecciones generales, como exige el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.
El resultado de la moción hace que Corbyn esté bajo presión por parte de una facción de su partido para respaldar un segundo referéndum sobre el brexit, una opción que solo contempla, según ha insistido hasta ahora, si falla su objetivo de forzar unos comicios.
Corbyn aspira a llegar al Gobierno para renegociar con la UE un acuerdo de salida que forje una “nueva y amplia unión aduanera”, que asegure una relación estrecha con el mercado único y proteja los estándares europeos en cuanto a empleo y medio ambiente.
May rehusó descartar la posibilidad de pedir a Bruselas una prórroga, pero advirtió de que esa opción solo sería aceptada si el bloque comunitario considera que Londres cuenta con un plan con posibilidades de ser ratificado.
La Comisión Europea insistió, sin embargo, en que no prevé reabrir la negociación sobre el pacto al que los 27 socios comunitarios restantes dieron luz verde en noviembre pasado.
Ante el bloqueo del proceso del brexit, May comienza a reunirse con representantes del resto de fuerzas británicas para determinar qué tipo de pacto podría obtener el respaldo de la mayoría de la Cámara de los Comunes.
Durante el debate sobre la moción de censura laborista, May se mostró en contra de unas elecciones y de un nuevo referéndum.
En su opinión, ambas opciones crearían división y la alejarían del objetivo de cumplir con el resultado de la consulta de junio de 2016, en la que el 52% de los votantes optaron por abandonar la UE.
Advirtió, asimismo, de que si no se llega a un consenso, el Reino Unido se verá abocado a abandonar la UE de manera no negociada dentro de 72 días, el plazo que marcan el artículo 50 del Tratado de Lisboa y la propia legislación británica.