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Según reportó la prensa, el proyectil fue disparado por un fusil de precisión McMillan TAC-50, de fabricación estadounidense, que empleó menos de 10 segundos para alcanzar su blanco, a 3.540 metros de distancia.
El propio Ejército canadiense confirmó el episodio de combate y ponderó la acción del francotirador. De este modo, la guerra también se transforma espantosamente en esto, en una competencia de tiro al blanco en la cual el que queda en la mira resulta deshumanizado, bajo la categoría de “enemigo”, y hasta está permitido disfrutar de la victoria de su caída.
Fuentes militares citadas por el diario canadiense Globe and Mail afirmaron tener pruebas del hecho, pero no poder hacerlas públicas “por motivos de seguridad operativa”. Tampoco se dio a conocer la identidad del francotirador y aún menos el lugar y la fecha del disparo, solamente se dejó trascender que fue “durante el último mes” en territorio iraquí y que el militar abrió fuego desde lo alto de un edificio.
El recorrido del proyectil superó por más de un kilómetro a la marca precedente del británico Craig Harrison, que abatió en 2009 a un miliciano talibán afgano a 2.475 metros de distancia.
Las fuerzas armadas de Ottawa destacaron que el logro de Craig había representado una interrupción de la supremacía marcada por los tiradores de élite canadienses. Antes del mencionado británico, otros dos francotiradores de Canadá habían logrado los mejores tiros, siempre en Afganistán, según reportes castrenses que parecen transformar la guerra y los combates en algo similar a los Juegos Olímpicos.
Desde Canadá indicaron que sus fuerzas especiales no están involucradas en Irak en combates directos de primera línea, sino en acciones de apoyo a las fuerzas iraquíes en acciones de antiterrorismo, rescate de rehenes y, por supuesto, disparos de precisión desde larga distancia.
En este caso, explicaron, el francotirador ayudó a detener “un ataque de miembros del Estado Islámico contra fuerzas de seguridad iraquíes”.
Para el fabricante estadounidense del arma empleada, la compañía McMillan Brothers Rifle Co., se trata de un golpe publicitario importante en un mercado muy redituable, pero abarrotado por más de 130 modelos de fusiles de precisión fabricados en distintas partes del mundo.
Algunos de los países que fabrican armas de precisión además de Estados Unidos, son: Gran Bretaña, Rusia, China, Japón, India, Sudáfrica, Finlandia, Noruega, Grecia, Cuba, Georgia, Indonesia y Azerbaiyán, entre otros.