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Según apuntaron varios medios oficiales durante la semana, en la práctica la nueva normativa obligará a los ciudadanos chinos a presentar sus documentos de identidad cuando firmen tales contratos.
Aunque las autoridades justifican que la acción tiene por objetivo “garantizar la seguridad de la información y salvaguardar los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos”, algunos usuarios ven detrás una voluntad de controlar las opiniones, en algunos casos críticas y hasta ahora anónimas, de los internautas.
Según el nuevo marco normativo, además, los proveedores de estos servicios “están obligados a detener inmediatamente cualquier tipo de información ilegal una vez detectada y tomar las medidas pertinentes”, que incluye su registro y posterior eliminación, y añadió que pueden hacerlo “antes de informar a las autoridades de supervisión”, que también podrán acceder a los datos.
En el documento, aprobado por la Asamblea Nacional Popular tras cinco días de reuniones, no se especifica qué se considera como “información ilegal”.
Una medida similar se intentó aplicar en marzo pasado a los microblogs, las redes sociales más exitosas en el país asiático, aunque no ha sido realmente puesta en práctica y varios usuarios siguen escribiendo con pseudónimo.
Además de los ciudadanos, la nueva ley podría afectar en una mayor medida a negocios como los cibercafés, muy populares en China, si las nuevas políticas les piden un control más exhaustivo de sus clientes.
Algunos de los disidentes del Gobierno chino también podrían acusar el nuevo marco normativo, ya que se prevé que sea más difícil poder utilizar la red de forma anónima.
Las autoridades de la dictadura comunista señalan que este procedimiento “es necesario para prevenir acusaciones falsas”.
Amplias censuras
Los usuarios de internet en China tienen que hacer frente a un extenso sistema de censura, especialmente en temas políticamente sensibles como los derechos humanos, mientras que páginas como Facebook, Twitter y Youtube son inaccesibles sin VPN.
Existe un fuerte control del régimen, que no quiere que se hable en contra del Gobierno comunista chino.