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La puesta en marcha de las operaciones –en forma sorpresiva– maduró hace seis días luego de la vía libre dada por la US Forces Korea (USFK) para asegurar el sitio del gobierno de Seúl y destinado a hospedar los sistemas cuyo objetivo es disuadir las intemperancias de Corea del Norte o, eventualmente, interceptar los misiles que pudiera lanzar el gobierno del dictador Kim Jong-un de Corea del Norte.
En el lugar –refiere la agencia Yonhap– falta aún el informe del impacto ambiental, exigido por el acuerdo bilateral Statusof Forces Agreement (SOFA), que regula la presencia de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Corea del Sur.
Washington decidió acelerar los planes y hacer que los THAAD estén listos antes de las elecciones presidenciales surcoreanas del 9 de mayo.