Cargando...
SANTIAGO DE CUBA (EFE, AFP).El antiguo cuartel de Moncada, en la ciudad oriental de Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros al este de La Habana, fue el escenario de los actos conmemorativos seis décadas después de haber sido el objetivo de la primera y fallida acción armada que lideró Fidel Castro contra el gobierno de Fulgencio Batista.
“Han pasado los años, pero esta sigue siendo una revolución de jóvenes como lo éramos el 26 de julio de 1953”, aseveró el general Raúl Castro, de 84 años, que fue nombrado sucesor en la dinastía familiar por su hermano Fidel, cuando este dejó el cargo (a los 80 años) por problemas de salud.
Raúl Castro dijo que el propósito es transferir de forma “paulatina y ordenada” a las nuevas generaciones la dirección de país, pero advirtió que para asegurar el éxito en ese empeño se debe “preservar por encima de todo la unidad de todos los cubanos dignos”.
Vestido de militar pero tocado con un sombrero campesino y con gafas oscuras para combatir el intenso sol de Santiago, el general Castro pronunció su discurso en la explanada del Moncada ante unos 10.000 asistentes, entre ellos los gobernantes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales, y Nicaragua, Daniel Ortega.
Todos ellos, junto con Cuba, son miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), al igual que los estados caribeños de Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Santa Lucía, cuyos primeros ministros también estuvieron en Santiago.
El único presidente de la ALBA ausente fue el ecuatoriano Rafael Correa, pero estuvo representado por su canciller, Ricardo Patiño.
Especialmente simbólica fue la presencia del presidente de Uruguay, José Mujica, que cursa estos días su primera visita oficial a Cuba como mandatario.
Para el boliviano Evo Morales, “la lucha del pueblo cubano nunca ha estado equivocada, la revolución de Cuba es la madre de las revoluciones antiimperialistas en América y en el mundo”.
El nicaragüense Daniel Ortega celebró la “inspiración” y “fuerza moral” de la revolución cubana, que instaló una dictadura comunista en la isla.
“Aquí se encuentran los hijos de Chávez”, dijo por su parte el gobernante venezolano, Nicolás Maduro.