Cargando...
Los jóvenes adictos a estas nuevas tecnologías presentaron índices significativamente superiores en depresión, ansiedad, insomnio severo e impulsividad que aquellos que realizaban un uso sano y controlado.
“Cuanto mayor era el índice, más severa era la adicción”, comentó Hyung Suk Seo, profesor de Neurorradiología y autor del estudio.
Se usaron espectroscopias de resonancia magnética para medir la composición química del cerebro.
Las pruebas concluyeron que el nivel de ácido aminobutírico (GABA), que inhabilita o ralentiza las señales cerebrales, era mayor en aquellos que eran dependientes tecnológicos, lo que puede influir en efectos como la ansiedad o la somnolencia.