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El Vaticano ha explicado que los dos códigos poseen, por un lado, normas comunes y, por el otro, peculiaridades propias que les permiten ser autónomos.
Sin embargo, Jorge Bergoglio ha considerado necesario que incluso en las peculiaridades haya “suficiente concordancia”, porque las discrepancias incidirían negativamente en la práctica pastoral.
El objetivo de las normas introducidas es lograr una disciplina acorde que ofrezca certeza en el mundo de la actuación pastoral en casos concretos.
Por ejemplo, en el caso de un niño que tenga uno de los dos progenitores católicos, al ser bautizado será adscrito a la Iglesia a la que el padre católico pertenezca. Otra modificación indica que solo el sacerdote asiste válidamente al matrimonio firmado por dos fieles orientales o por un fiel latino y otro oriental católico o no católico.