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BRASILIA (ANSA). Brasil enfrenta una “crisis institucional gravísima” desde el viernes cuando Cunha, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), comunicó que deja de integrar la alianza oficialista, dijeron colaboradores de la Mandataria.
El Partido de los Trabajadores de Dilma y el PMDB, del vicepresidente Michel Temer, son las agrupaciones principales de la alianza gobernante.
La Mandataria presidió ayer una reunión con ministros de la “coordinación política” para evaluar la situación, informó ayer la oficina de prensa presidencial.
Cunha rompió con el Planalto luego de que un empresario lo acusó de haber cobrado un soborno de 5 millones de dólares por facilitar contratos con Petrobras.
Según el diario Estado de São Paulo luego de la vinculación de Cunha con el escándalo de Petrobras, se abrió una línea de investigación sobre el supuesto depósito de dinero en bancos del exterior.
Luego de romper con Dilma, Cunha ordenó la creación de comisiones investigadoras inconvenientes al Gobierno y pidió analizar el pedido de impeachment (juicio político) presentado por el diputado Jair Bolsonaro.
Por otra parte, la ministra Eleonora Menicucci, una de las funcionarias de confianza de la presidenta Dilma Rousseff, afirmó que pese a la crisis política agravada la semana pasada, la Mandataria está “firme y determinada” a dar la pelea.
“Cuanto más la atacan, ella (Dilma) tiene más voluntad de luchar. Yo conozco a la Presidenta desde hace cuarenta años cuando sufrió la represión y la tortura, ella crece en la adversidad. Ella va a pelear”, aseguró la ministra Menicucci.
“Dilma está firme y determinada defendiendo las mismas posiciones que asumió cuando aceptó ser presidenta”, aseveró.