Corajudo y humanista

WASHINGTON (AFP). El periodista estadounidense James Foley, muy apreciado por los reporteros con los que compartió el oficio en los puntos más peligrosos de Medio Oriente, dedicó su vocación a contarle al mundo las historias de los inocentes atrapados en el caos de la guerra.

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Colegas de todo el mundo rindieron tributo a la valentía, la compasión y el buen humor con que realizaba su trabajo.

Una historia revela su personalidad. Fue secuestrado junto a dos colegas “por seguidores de Gadafi en abril (de 2011) y mantenidos en cautiverio durante un mes, pero eso no le impidió regresar luego a Libia para cubrir la caída final del régimen”, contó Daphne Benoit de la AFP, quien se preguntó “¿por qué quería volver? Y James contestó con timidez pero con una sonrisa. Necesitaba contemplar el final de la historia”.

Sus compañeros de cautiverio se refirieron a su valentía y a su compañerismo durante el secuestro.

Siempre mencionaba los nombres de aquellos a los que entrevistaba e incluso de los fallecidos que aparecían en las grabaciones. Para él no había víctimas anónimas, había convertido en un principio la búsqueda de sus nombres y de información sobre sus vidas.

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Henri Bouvier, de AFP, resaltó que Foley capturó aquellos “momentos en que la humanidad se impone a la guerra; como durante el casamiento de un rebelde con un enfermera durante lo más oscuro de la noche en Alepo, mientras las bombas caían a la distancia”.

Cuando los estudiantes que querían convertirse en periodistas le preguntaron por qué había elegido trabajar en esas zonas, él explicaba: “Existe una increíble humanidad en esos lugares”.

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