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La marcha de ayer se inició en la avenida Agustín Fernando De Pinedo. Los reclamantes pasaron frente a la casa del concejal Asunción Carballo, también de la edil liberal Estrella Quevedo y finalmente llegaron a la vivienda de la presidenta de la Junta Municipal, Sisinia Silva (PLRA). Allí hicieron explotar bombas de estruendo, lanzaron huevos y papel higiénico a la casa.
Posteriormente pasaron frente a la casa del cuñado del concejal liberal Miguel Domínguez, quien aparentemente estaba en el lugar. Finalmente, hicieron una breve parada frente a la vivienda de los padres del jefe comunal y nuevamente se agruparon en la plaza.
Con la movilización de anoche se ha llegado a los 30 días de repudio continuo. Los indignados piden la dimisión del intendente liberal, quien está imputado por apropiación y lesión de confianza, por una denuncia de una exfuncionaria municipal a quien se le descontaba mensualmente su aporte para Caja de Jubilaciones pero cuando se dispuso a retirar su aporte le informaron que el dinero retenido nunca fue depositado a su nombre.
También es investigado por un caso de desacato judicial que le obligaba a entregar documentos sobre la venta de un inmueble municipal a una empresa privada. La acción de amparo había sido promovida por la comunicadora Claudia Fischer.
Urbieta Cáceres ha asegurado que no renunciará a su cargo, pese a las manifestaciones de rechazo popular que se han desarrollado en los últimos 30 días en su contra.